El Parque Nacional Los Alerces es uno de los secretos mejor guardados de la Patagonia argentina. Ubicado en el oeste de la provincia del Chubut, junto a la frontera con Chile, este parque nacional cautiva con sus bosques milenarios, sus lagos de origen glaciar, sus ríos cristalinos y su atmósfera pura y silenciosa. Declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO en 2017, es un refugio de biodiversidad y un destino ideal para quienes buscan turismo de naturaleza en su estado más auténtico.
Un paisaje tallado por el hielo y el tiempo
El Parque Nacional Los Alerces se extiende por más de 250.000 hectáreas de la Cordillera de los Andes, combinando montañas nevadas, glaciares, lagos, lagunas y bosques que conforman uno de los ecosistemas mejor conservados del país. Esta región fue moldeada por el avance y retroceso de los glaciares hace miles de años, dejando un relieve impresionante que hoy podemos recorrer a pie, en kayak o en excursiones lacustres.
Uno de sus mayores tesoros es el Lago Futalaufquen, un extenso cuerpo de agua color verde esmeralda rodeado de cerros imponentes y playas de canto rodado. A este se suman otros lagos como el Lago Verde, el Lago Rivadavia, el Lago Menéndez y el Lago Krüger, cada uno con su particularidad, todos conectados por ríos de aguas frías y limpias.

El alerce: el anciano de la Patagonia
Pero si hay un protagonista indiscutido en el Parque Nacional Los Alerces, ese es el alerce patagónico (Fitzroya cupressoides). Este árbol milenario, también llamado lahuán en lengua mapuche, puede vivir más de 3.000 años y alcanzar hasta 60 metros de altura. Es una de las especies más longevas del planeta y está protegida por su vulnerabilidad ante la tala y el cambio climático.
El parque protege una de las últimas poblaciones importantes de alerces en estado natural. La excursión lacustre al Lago Menéndez permite llegar a una de las áreas más remotas del parque, donde se encuentra el famoso Alerzal Milenario, hogar de ejemplares que superan los 2.600 años. Caminar entre estos gigantes es una experiencia emocional, casi espiritual.
Flora, fauna y biodiversidad única
El bosque andino-patagónico que domina el Parque Nacional Los Alerces es rico en especies nativas. Aparte de los alerces, crecen cipreses, coihues, lengas, arrayanes y ñires. Este entorno es hábitat de especies protegidas como el huemul, el pudú, el puma, la rana del bosque y una gran variedad de aves endémicas y migratorias.
El parque es también un lugar clave para la educación ambiental y la investigación científica, con programas orientados a la conservación de especies amenazadas y al monitoreo de ecosistemas. Cada visita es una oportunidad para aprender y sensibilizarse sobre la importancia de cuidar nuestros entornos naturales.

Actividades y experiencias dentro del parque
El Parque Nacional Los Alerces es perfecto para los viajeros que buscan turismo activo y respetuoso. Las opciones incluyen:
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Senderismo: desde caminatas simples como el sendero al Lago Verde, hasta travesías exigentes como la subida al Cerro Alto El Petiso.
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Kayak y navegación: los lagos y ríos del parque son ideales para explorar desde el agua. Hay zonas habilitadas para actividades náuticas sin motor, lo que garantiza una experiencia silenciosa y en armonía con el entorno.
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Pesca deportiva: con permiso y dentro de temporada, se puede practicar pesca con devolución en distintos cursos de agua.
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Camping y pernocte: el parque ofrece zonas de camping libre y organizado, además de hosterías y refugios que permiten pasar la noche en medio de la naturaleza.
Además, hay propuestas interpretativas y guiadas, brindadas por prestadores locales, que enriquecen la experiencia del visitante con relatos sobre la historia, la geografía y la cultura del parque.
Un parque para recorrer sin prisa
A diferencia de otros destinos más masivos, el Parque Nacional Los Alerces invita a una conexión más lenta y profunda con la naturaleza. Aquí no hay multitudes ni filas. Hay silencio, hay viento, hay miradores que cortan el aliento. Hay atardeceres que pintan los lagos de oro y cielos nocturnos que revelan constelaciones olvidadas.
Por eso, cada vez más viajeros eligen este parque como alternativa al turismo tradicional: por su belleza intacta, su atmósfera serena y su autenticidad. Es una joya escondida, pero cada vez más buscada por quienes quieren ver la Patagonia real, la que vibra con la vida natural, sin interferencias.

Fun Patagonia: conectando con los parques de verdad
En Fun Patagonia, creemos que viajar a un parque nacional no es solo hacer turismo. Es una forma de reconectar con lo esencial. Por eso, compartimos y celebramos destinos como el Parque Nacional Los Alerces, para que más personas se acerquen a la Patagonia desde el respeto, la admiración y la conciencia ambiental.
Queremos inspirar nuevas aventuras, mostrar paisajes que impactan y promover experiencias que transforman. Porque Los Alerces no se visita: se siente. Y una vez que lo conocés, queda en vos para siempre.